#TeQuieroContar A través del deporte…

A través del deporte…

¿Puede algo bueno salir de Nazaret? Fue la pregunta que le hizo Natanael a Felipe (Juan 1:46) cuando lo invitó a conocer a un hombre llamado Jesús, el cual provenía de un lugar estigmatizado y poco relevante para la sociedad. Muchos podrían pensar que aquella pregunta de Natanael correspondía a alguien sin fe y con poca esperanza, sin embargo, Jesús reconoce la sinceridad en sus palabras (Juan 1:47).

Y es que sí; la pobreza, la falta de oportunidades, la estigmatización por una condición física o social pueden truncar los sueños de las personas y marcarlos para toda la vida. Este es el caso de Cristian Guevara, un adolescente de 15 años que al nacer es fue diagnosticado con acondroplasia, un trastorno genético que le impide desarrollar su cuerpo y crecer con normalidad, alcanzando un porcentaje de la estatura promedio para un adolescente de su edad.

Cristian, jamás en su vida había practicado algún deporte, ya que sus articulaciones y músculos no son lo suficientemente firmes y fuertes para mantenerse en pie. Siempre ha dependido de su madre para realizar casi todas las actividades cotidianas. Su forma de ser y su manera de relacionarse con otros ha estado marcada por la percepción y estigma que tiene de sí mismo, pero su vida ha comenzado a dar un giro radical.

¿Puede salir algo bueno del Cantón Villa San Antonio?

En el mes de septiembre del año 2021, la hermana Ana Isabel, directora del proyecto, consultó al área de deportes si había alguna oportunidad en un deporte para incluir a un adolescente con capacidades especiales para que pudiera desarrollarse. Fue así como se le presentó el Boccia, que hasta ese momento era un deporte poco conocido entre las iglesias socias a Compassion.

El primer contacto de Cristian con Boccia fue en las Olimpiadas Compassion del año 2021, en donde se desarrolló una exhibición de este deporte. A partir de ese momento comenzaron los preparativos para organizar los primeros festivales familiares de Boccia en donde Cristian participó en el oriente del país. Fue tal el interés y la afinidad de Cristian por esta nueva actividad que comenzaron a surgir oportunidades para practicarlo de manera más intencional.

Llegó la gran oportunidad.

Hasta este punto, Cristian había comenzado a involucrarse y a jugar con otros niños en el proyecto, cosa que antes no había sido posible porque no había una actividad en común que lo hiciera conectar con otros niños sin importar su condición.

En el mes de marzo llegó una invitación desde Estados Unidos para participar en una competencia de Boccia exclusivamente para personas de talla baja, como también se le conoce a esta condición. Se iniciaron los trámites de visado con la intención de lograr la participación de Cristian y su madre. Contra todo pronóstico, teniendo como principal enemigo el tiempo para gestionar documentación y reservar la cita ante la embajada de los Estados Unidos, Dios finalmente abrió la oportunidad para que a Cristian y su madre le fuera aprobada la visa para participar en su primera competencia internacional.

La primera experiencia de volar

El 1 de julio quedó registrado como la primera vez en la que Cristian conocería un aeropuerto, pero más que eso, subiría a un avión y recorrería más de 3 mil kilómetros para conocer un nuevo país. Fue una gran experiencia, tanto para Cristian como para su madre. Todo representó ser una nueva sensación, desde volar hasta intentar relacionarse con personas a las que no entendía por su idioma, lo que comúnmente resolvía con una sonrisa.

 

Las competencias.

La preparación se intensificó un mes antes, cuando comenzó a realizar entrenos mañana y tarde durante varias semanas a fin de prepararse mejor. Esto le permitió sentirse bastante seguro y demostrar tranquilidad al momento de competir. En total participaron más de 150 deportistas en diferentes categorías, provenientes de diferentes estados del país, así como de otros países como México y Canadá.

El lunes 4 de julio tuvo su participación, enfrentándose a su primer oponente con quien finalizó la ronda con empate de 2 por 2. En el desempate, el deportista estadounidense se aventajó sobre Cristian perdiendo por la mínima. Una hora más tarde tuvo su segunda participación en la fase de clasificación, enfrentándose a otro competidor estadounidense, con el cual Cristian lo dejó 8 puntos abajo. En total, Cristian sumó 10 puntos, los cuales no le alcanzaron para clasificar a la siguiente etapa, sin embargo, la participación de Cristian fue bastante destacada, al punto de recibir diferentes elogios por otros competidores, padres de familia e incluso los jueces.

Es increíble, pero a la vez gratificante ver como Dios suele llevar la contraria a las posibilidades humanas. ¿Quién pudo pensarlo? Un adolescente marcado por una condición que le impidiera llevar una vida con normalidad, además vivir en uno de los lugares que lo que más predomina es la pobreza, rodeado de la falta de oportunidades y la desesperanza, hoy puede volar alto, hoy Dios ha decidido glorificarse. Cristian abrasó una oportunidad que llegó a su vida a través del deporte y hoy puede representar a un país entero. Y sí, de aquel lugar salió el que se volverá inspiración para muchos.

 

Compassion International El Salvador