Desde la Iglesia, Valores centrales, Dignidad

Dignidad

“Cada persona es creada por Dios a su imagen y semejanza. Jesús trata a todos con respeto y voluntariamente dio su vida por la redención de toda la gente. Por lo tanto, todas las personas son merecedoras de nuestro respeto y amor”.

Este enunciado sobre la dignidad es unos de los pilares del Ministerio de Compassion y eso me recuerda que tarea tan enorme tenemos como guías en nuestras iglesias y proyectos. Con una generación tan llena de antivalores, tenemos que guiar la mente y el corazón de nuestros niños hacia este gran pilar  que sostiene esta organización como uno de  sus valores centrales.

Sin duda a la vez  es transferible a cada aula de nuestros CDI, extensivo a las 164 iglesias socias  y de allí a cada familia representada en cada hogar. Estimando que cada familia de nuestros CDI tenga 3 niños y el promedio de niños beneficiados es de 60,000. Esto quiere decir que ¡estaríamos llegando al corazón de 180 mil niños con nuestra instrucción! Reproduciendo así nuestros valores esenciales.

A lo que llamaríamos un efecto cascada. ¡S todos hacemos nuestra parte! esa es la clave, si nos comprometemos a vivir y expandir el principio de dignidad. Los indicadores nos muestran una tendencia a desvalorizar a los demás,  el respeto es un tema olvidado, con solo darnos una vuelta en el mundo de las redes sociales nos encontraremos con distintos grados  de lo contrario a lo que la dignidad es.

El panorama esta frente a nosotros a diario, e donde muchos niños son  objeto de  bullying  (Acoso físico o psicológico al que someten, de forma continuada, a un joven). En términos salvadoreños sería, todo aquello donde se hace burla de los demás, ya sea de sus facciones, su forma vestir, hablar e incluso de caminar  o comer. Los escenarios más comunes en donde sucede es en la escuela, comunidad e incluso, en sus propias casas.

Curiosamente, los antivalores se vuelven virales en pocos minutos, estamos enamorados de lo contario a la dignidad. Una y otra vez miramos esos videos virales en los que se denigra la integridad de alguien y por lo general, son lo más compartidos también. ¿Porque no compartimos con la misma intensidad los ejemplos de dignidad? Algo está pasando en nuestra generación millennials.

Directoras no estamos exceptos de que esto no pueda suceder en nuestros Centros de Desarrollo Integral, es por ello que hay que retomar con más fuerza estos principios y hacerlos nuestros estandartes en cada ocasión, en nuestras clases y momentos de recreación. Solo así podremos prevenir a nuestros niños y jóvenes de tales prácticas no cristianas.

Además de usar la palabra de Dios, tenemos una infinidad de ejemplos desastrosos de lo que el bullyng ha provocado. Debemos minimizar cualquier intento de nuestros niños a estas prácticas que sin duda, han afectado a países desarrollados y subdesarrollados.

Proverbios 31:25 afirma: “Fuerza y dignidad son su vestidura”. Así que, queridos maestros tenemos un reto en cada aula, mantener los cimientos de este valor, cubriendo a esos pequeños corazoncitos con las alas de la dignidad. Y les garantizo que veremos a una generación, de nuestros proyectos e iglesias  saludables emocional y espiritualmente, heredando este valor a sus descendientes.

Para ello es crucial tu trabajo, esfuerzo y persistencia, pero sobre todo, mostrando con tu vida la dignidad, respetando a tus compañeros tutores y autoridades. Si lo hablamos bajo los términos periodísticos sería: “una imagen habla más que mil palabras”. Esto quiere decir que tus hechos y los míos gritan cuanta dignidad estamos mostrando a esos niños.

Directores es preciso ser incansables, tenaces en este esfuerzo. La escritura establece la dignidad como un principio de honra entre nosotros. No podemos estar pasivos ante las alarmantes estadísticas de desprecio y burlas a niños, jóvenes, adultos y  ancianos que son el pan de la mañana en las redes y noticieros.

Alguien tiene hacer algo  y dar buenas noticias y somos nosotros, porque en nuestras aulas están las siguientes generaciones, les animo a hacer una campaña interna en cada proyecto resaltando nuestros 4 grandes pilares con los cuales se forma e identifica nuestra organización  y digo nuestra, pues somos una familia que trabajamos paso a paso, cada día por sacar a los niños de El Salvador de la pobreza, compartiendo esos valores esenciales mutuamente con cada iglesia socia.

La historia lo demandará  o nos recordará como una generación que plantó el árbol de la dignidad y muchos serán acobijados bajo esas sombras que ustedes iniciaron o ¿dejaremos un legado de antivalores? Pienso que no. Hace unos meses escribí el siguiente pensamiento: “Hemos avanzado tecnológicamente pero retrocedimos moralmente”. Nosotros podemos hacer la diferencia porque tenemos como recurso primordial la palabra de Dios.

 

Texto por Pastor Misael Saenz