¡Levantemos la voz!

¡Levantemos la voz!

En medio de una era revolucionaria de tecnología sin precedentes, lo que muchos pensábamos que nos pondrían en una posición más fácil para resolver los problemas en la sociedad, resultó ser todo lo contrario, masificó y evidenció más la fragilidad de lo que ha venido siendo una práctica a través de los años y nos alerta de la gran necesidad de Dios en los corazones de los hombres, quienes constantemente vulneran los derechos de los niños, mujeres y ancianos.

El maltrato se ha convertido en una epidemia tan mortal como el coronavirus y en la medida que el hombre se aleje más de la ley de Dios, el ser humano comienza a experimentar grados cada vez mayores de lo que la llama “libertad”, libertad para violentar la vida de los demás. La sociedad moderna se alejó de Dios y donde no hay un dador de la ley, las personas concluyen que están libres para hacer lo que piensen que está bien a sus propios ojos.

Si no hay Dios entonces todo es permisible, como consecuencia los límites sociales desaparecieron porque ya no se considera que existan absolutos. La mente abierta es considerada más progresiva, más avanzada lo cual no es verdad a la luz de la palabra de Dios. Es de importancia resumir algunos puntos que han influenciado el comportamiento del ser humano desde que Adán desobedeció.

La Biblia declara que la mente del hombre quedó entenebrecida, esto lo encontramos en 2 de Corintios 4:4. Esto implica una falta de entendimiento de la revelación de Dios en el hombre caído, a partir de la caída no discernimos la realidad tal cual es, sino, como nosotros somos. La mente en obscuridad piensa y actúa de modo pecaminoso, todas nuestras acciones están precedidas por un pensamiento y por eso la escritura afirma que tal como el hombre piensa en su corazón así es él, esto lo encontramos en Proverbios 23:7.

La mente también acarreó un estado de enemistad contra Dios, así lo encontramos en Romanos 5:10. Pablo declara en Romanos 8:7 que la mente pecaminosa no sólo rehúsa someterse a Dios, sino que también es incapaz de hacerlo. La escritura revela en Ezequiel 11:19 que el corazón del hombre se endureció y se convirtió en piedra.

El corazón es engañoso, lo cual nos indica que las emociones y los sentimientos nos traicionan, provocan que creamos que la mentira es la verdad, por lo tanto, la mente caída es incapaz de discernir entre lo veraz y lo falso, el corazón tiende a apasionarse no por lo que es verdadero sino por lo que es ficticio, de ahí provienen las malas decisiones del ser humano y los resultados están a la vista con estas estadísticas escalofriantes de abuso en todas las esferas de la sociedad.

Además de la mente y el corazón del ser humano, la voluntad quedó esclavizada al pecado hasta el punto que, la persona no puede hacer lo que quiere y en numerosas ocasiones hace lo que no quiere, tal como se lee en Romanos 7:19 -25. Todo indica que el hombre no vive conforme al diseño de Dios, no lo manifiesta en su existencia individual ni en sus relaciones colectivas.

En nuestro país lamentablemente cada año se reportan más de 9,000 casos de abuso infantil (fuente CONNA). No es normal que más de 10,000 niñas y adolescentes resulten embarazadas en nuestro país, es por ello que Compassion International en El Salvador está levantando la voz con una campaña contra la violencia infantil, en la cual debemos unirnos la iglesia, los pastores, los sacerdotes, los docentes, cada salvadoreño que tiene una familia debe de manifestar su desaprobación a esta plaga de maltratos.

Si no levantamos la voz, las consecuencias finales serán muchas y de larga duración en las vidas de la niñez y de proporciones inimaginables. Es urgente que estas estadísticas puedan ir en bajada y es tarea de todos. Entonces ¿cómo podemos regresar al plan original de Dios? Debemos obedecer al Señor, aplicar las enseñanzas de la palabra de Dios que transforman nuestra mente, lo cual hace que nuestra voluntad se someta a la suya.

En romanos 12:2 el apóstol Pablo nos explica cómo conocer lo que Dios desea que hagamos y cita: “no os adaptéis a este mundo sino transformaos mediante la renovación de vuestra mente para que verifiquéis cuál es la voluntad de Dios lo que es bueno aceptable y perfecto”.

La batalla ruge en nuestras mentes y la única forma de ganarla es en sumisión al Espíritu Santo, nosotros somos embajadores de Cristo para predicar el Evangelio y vivir su diseño, es otra forma de expresar que creemos su verdad, así glorificamos su nombre y afirmamos que existe un único y verdadero Dios creador de todo lo visible e invisible, de esta manera el mundo queda sin excusas ¡Unámonos y levantemos la voz!

 


Texto por: Pastor Misael Saenz, Iglesia Josué en Gotera