Desde la Iglesia, Corazón de Maestro.

Corazón de Maestro.

¿Pensabas que no tenías la capacidad de ser  tutor o maestro? Quizás sí lo pensaste, pero te eligieron para el cargo y decidiste tomarlo sin creer que tenías lo suficiente para ejercer esa labor. Esto me recuerda la forma en que Dios elige a un hombre llamado David “el menos calificado”. En Salmos 78:70 dice: “Eligió a David su siervo, y lo tomó de la majadas de las ovejas”. Así es Dios, trabaja de maneras muy raras.

No sé de donde te saco a ti, pero lo importante es que fuiste elegida  o elegido para hacer un gran trabajo que trascenderá las generaciones. Servir en un CDI, te lleva a experiencias, sentimientos, alegrías y anhelos pero, también a conocer personas que de otra manera no habrías conocido y eso es gracias a una sola  frase: “servir a  nuestros niños.” Conocer cada pedacito del Reinos de los cielos y servirles a los niños es un honor.

Los que están llamados a servir en el ministerio, servirán mientras llegan a lugares donde los títulos nunca podrían haberles dado acceso, donde solamente a través del servicio a los demás has sido elegido para dichos momentos y responsabilidades. ¡Así de extraordinario es el poder del servicio! Sirva al Señor con mucha alegría, tal como lo dice Colosenses 3:23: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón”.

 Me gustaría conocer tus experiencias, tus logros con cada uno de esos chicos que llegan a tu aula, me imagino las alegrías y la satisfacción de terminar un día ordinario, donde se podría pensar que no sucedió nada trascendental. Los  niños regresan a sus casas, duermen tranquilos, mientras tú mi querido tutor, oras y piensas en ellos.

Pero los chicos pensarán “que lindo detalle me dio hoy mi tutor (maestro)”. Una sonrisa, un dulce, un abrazo, una palabra de fe, un  “qué bonito luces con tu nueva camisa”, un beso, etc. Déjame decirte, Dios te usó para llegar a crear esos momentos que los niños recuerdan, quizás antes de dormirse y no te imaginas cuán importante fue para ellos.

Cuantas historias maravillosas son una realidad en cada iglesia,  gracias al trabajo y esfuerzo de ustedes tutores y maestro. Se levantan cada mañana con el gran anhelo de llegar a sus CDI y encontrar a tu grupo de alumnos esperándote. “Viene mi maestra” – dicen tus alumnos al momento que corren y te abrazan. Allí están los inquietos, los que mucho hablan a la hora de la clase, los que distraen, los más tímidos, los cómicos, los chelitos, los colochitos,los gorditos, flaquitos,  la de trencitas, la de colitas,  pero lo más importante  están allí.

Esa es tu satisfacción y sé que al faltar una de esas ovejitas estás pensando ¿Que le habrá pasado?  A propósito, ¿recuerdas de donde Dios saco a David? si de las majadas de las ovejas.  ¿Recuerdas tú de donde te sacó el ojo divino y dijo: “ella será tutor de mis corderitos” o “El será tutor de mis más pequeños”? Así es el Señor siempre buscando sus elegidos para servicios especiales y tú fuiste encontrado por Dios y fuiste colocado en ese CDI  con una misión especial.

Así son ustedes tutores de El Salvador, grandes en cariño, grandes en amor y sacrificio  por cada uno de sus niños y eso vale para toda la vida. Lo que se planta en el corazón es para siempre. Allí está  tu corazón de tutor, nadie te pondrá entender algunas veces del  porque estas allí, solo un corazón de tutor podrá comprender a otro.

Comprendo tus sentimientos y tus esfuerzos. Probablemente me preguntarías: ¿será que valen la pena Pastor?  Mi respuesta es: Si vale la pena, porque se hace con el corazón y se hace en servicio al Señor Dios todo poderoso quien te llamo no detrás de la majada sino detrás de un mostrador o de un “no puedo”, pero estas allí con corazón de tutor y eso vale hasta la eternidad. Solo un corazón de tutor puede hacer esto y mucho más

Mis respetos y aplausos para ustedes donde quiera que estén.

 

Texto por Misael Saenz, Pastor de Proyecto ES0951 “Hechos Infantiles”.  

Fotografía – Dave Vásquez, Compassion SV